miércoles, 24 de febrero de 2010

Chiquitina

Etimológicamente hablando, Agustina Pedreira Figueredo, una joven bayamesa de 61 años, bien hubiera podido llamarse Generosa, por su propensión a la dignidad, el decoro, y el desinterés, en el sensible acto de ofrecer su brazo solidario y contribuir con quienes requieran de una transfusión de sangre.
Chiquitina, como la llaman sus familiares y vecinos de Calle Cuatro, entre 13 y 15, del reparto Marianao, popularmente conocido como Manopla, me ha confesado desde la mayor humildad: “Mi sangre es O positiva y desde que en 1987 comencé a donarla -ya suman 73 donaciones de manera voluntaria y anónima-, no he sentido un solo instante de infelicidad”.
La donación voluntaria y no remunerada desde 1962, ha caracterizado la donación de sangre en Cuba. Gracias a este logro y a las técnicas de detección de virus, se garantiza el aporte de sangre segura, y el país se satisface de los productos sanguíneos para apoyar proyectos tan humanitarios como el trasplante, la cirugía cardiovascular, la oncología y otros. Esto es por causa del carácter universal y gratuito del sistema de salud y también se debe a la educación comunitaria alcanzada, además de la participación activa de las organizaciones sociales y de masas, y de todo el pueblo en esta tarea.
La provincia de Granma, ubicada en la región suroriental de la Isla, por su parte, con más de 10 mil donaciones en los últimos cuatro meses contribuye con el propósito de Cuba de superar lo establecido por la Organización Mundial de la Salud de lograr una donación por cada 20 habitantes.
Los donantes, no hay dudas, piensan y actúan hacia los demás, dan con esplendidez y multiplican esta sensible entrega sin tener en cuenta a quienes no creen en la inmensidad del amor.
¡Qué virtud la suya, Chiquitina!

martes, 9 de febrero de 2010

Vilma

Hoy, Vilma Güell Polanco, una excelente colega y amiga, cumple 50 años de edad. Ella, que tiene la capacidad de armar en mi mente tremendos enredos con su yo real e imaginario, me ha llevado a reflexionar sobre qué define a una mujer -claro, aparte de las diferencias sexuales, biológicas y distinciones de género, en su papel atribuido culturalmente- si es su manera de ver la vida o de sentirse parte del mundo.
En realidad, en la naturaleza de la mujer y su fuerza para afrontar la existencia hay magia y hasta misterio, por eso la pregunta gira alrededor de qué define su vida y cuánto importa la edad.
Mientras comentaba mis “preocupaciones” en la Oficina, en lo concerniente al instante preciso en el que empezamos a vivir, a entendernos a nosotras mismas, a amarnos y a sentirnos amadas, Yamiselis Jorge aseguró que la vida comienza a los 20, porque hay juventud, y el universo se hizo para los osados, aunque se cometan errores.
Iliana Martín sostuvo, con vehemencia, que a los 30, cuando la tierra está para ser conquistada.
En tanto Elisa Aguilar, dijo que a los 40, porque se tiene experiencia, madurez, y la vida fluye relajada y no se toma tan en serio.
Ah!, pero Vilma, como pocas -quisiera saber el porqué-, probablemente afirmaría que con los 50 también existe tal posibilidad… Y la verdad es que todas tienen razón, no importa la edad, ... siempre hay tiempo para comenzar, hay tiempo para el amor y para nosotras, y puede ser el tiempo más maravilloso del mundo.

Iliana

por ILIANA MARTÍN PÉREZ
Llega Cupido y una vez más alza su flecha para coronar a quienes en cualquier latitud han apostado por el amor. Ese sentimiento puro y frágil como una lágrima pero capaz de sostenernos a todos; no se puede medir con palabras sino por la predisposición a hacer el bien y multiplicarlo; con la esperanza de obtener como única recompensa un poco más de ternura.
Dedicado a los enamorados hemos señalado especialmente el 14 de Febrero, día de San Valentín, quien se conoce como patrón del amor por excelencia, y que enfrentándose a diversas adversidades defendió a toda costa el matrimonio.
Muchas son las leyendas del porqué de esta fecha, considerada como una de las celebraciones más populares, en la que miles de personas se comunican para mostrar el afecto y el cariño que sentimos por los seres más queridos a través de mensajes, llamadas telefónicas, visitas …
El amor todo lo puede y todo lo da como dijo el poeta; es magia que transforma el alma. Tiene el poder de doblegar al más duro de los corazones haciendo brotar bellas, profundas e inmensas pasiones.
Es poesía para la vida, fácil de recibir pues basta una intensa mirada, una sonrisa, un abrazo, un gesto amable o un beso apasionado y una entrega sin límites para saber que somos queridos, podemos ofrecerlo a cuanto nos rodea, (madre, hijo, esposo…) a la Patria.
Sus fronteras no tienen límites, al menos en nuestro universo donde ha sido vencedor de disímiles barreras, dígase diferencias de clases sociales, raciales, religiosas, étnicas, idiomas, recordemos siempre a Romeo y Julieta.
Entreguemos nuestras fuerzas a ese ser que nos anima, acompaña e inspira, es preciso entregarnos sin detenernos ni un segundo ni un instante.
El amor no espera, es presente y futuro, el eje central de nuestras acciones y aun de la vida, gratuito… amemos mientras nos quede aliento. Yo amaré mientras dure mi existencia.