sábado, 26 de marzo de 2011

La Bayamesa

¿No recuerdas gentil bayamesa
que tú fuiste mi sol refulgente
y risueño  en tu lánguida frente
blando beso imprimí con ardor?
¿No recuerdas que un tiempo dichoso
me extasié con tu pura belleza,
y en tu seno doblé la cabeza
moribundo de dicha y amor?
Ven, asoma a tu reja sonriendo;
ven, y escucha, amorosa, mi canto;
ven, no duermas, acude a mi llanto,
pon alivio a mi negro dolor.
Recordando las glorias pasadas,
disipemos, mi bien, la tristeza,
y doblemos los dos la cabeza
moribundos de dicha y amor!

Los vecinos de Calle Siete, junto a Bayamo todo celebramos por estos días los 160 años de la interpretación de la  La Bayamesa, compuesta por Carlos Manuel de Céspedes -considerado el Padre de la Patria- José Fornaris Luque y Francisco del Castillo Moreno, quien les solicitó ayuda para componer una canción para reconquistar a su novia Luz Vázquez Moreno, la que se estrenó en su ventana el 27 de marzo de 1851.
Por eso las mujeres de este territorio de la suroriental provincia cubana de Granma, románticas de pie a cabeza, aguzamos los sentidos porque, quizás, escuchemos una serenata en cualquier esquina, cualquier adoquín.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Cauto Cristo refresca la aridez de su tierra

"Si el vaquero calza botas, espuelas, buena montura, lazo, sombrero, pantaloneta y una sonrisa, entonces pertenece a la empresa agropecuaria Roberto Estévez Ruz", es la imagen que refleja el quehacer y el rescate de las mejores tradiciones ganaderas en Cauto Cristo.
Ya lo sabía yo. Si el periódico detenía su mirada en ese municipio, no era por puro placer. Se convirtió en el primer territorio de la provincia de Granma en iniciar  el programa de la entrega de leche en las bodegas y donde el campesino sale de madrugada de su casa y, a puro brazo, rompe el vientre de la tierra, la besa, la posee y quiere levantarse todos lo días y mirar qué le hace falta para multiplicar los frutos.
A mis colegas de La Demajagua  y a mí, su gente nos dijo verde con ojos de monte, y mientras Henry Figueredo -al frente del Poder Popular allí desde hace ya 10 años- o Armando Santiesteban Piña, el director general de la empresa,  hablaban de los propósitos para sustituir importaciones en tomates y pimientos; lo alcanzado en la producción mercantil, o la batalla contra el marabú y el delito, sin un solo alarido de queja ni tristeza, comprendí que juntos somos completos y nos miramos con orgullo conociendo nuestras diferencias.
Calle Siete ya conoce que Cauto Cristo no es el ruido del río arrastrando las piedras pulidas. Cauto Cristo es grande como la esperanza y el valor de los hijos en todos los rincones de sus días. Cauto Cristo crece y aprende a crecer para refrescar la aridez de este tiempo con la misma fuerza de los caballos salvajes que cobija y fomenta.

jueves, 3 de marzo de 2011

Escuchando a Sara

Hay un día espléndido en Bayamo; sin embargo no logro encontrar el equilibrio exacto entre la libertad de pensamiento y la interdependencia de los conflictos que me invaden hoy, solo por una poderosa razón: Daniel, mi hijo adolescente, debe discutir su trabajo final de este período académico, con el que alcanzará el título de Bachiller en Humanidades e instructor de Artes Plásticas.
Escuchando a Sara Sariol, una colega y amiga de los buenos tiempos hablar sobre Claudia, su niña de 15 años, aprendí un poco más sobre el modo de controlar mis miedos e inseguridad para comprender la complejidad de esta etapa de la vida; mientras se les  enseña a los jóvenes cómo afrontar los retos, y buscar soluciones, con independencia. Sara quizás no conozca nunca lo feliz que me hizo su conversación.
 Por mi parte desearía evitarle a Daniel disgustos, errores, incomprensiones, equivocaciones, desafíos, tristezas, añoranzas ... y determinadas situaciones difíciles que se presentan, y estar, por ejemplo, en estos momentos, en la Escuela de instructores de arte José Martí, en la vecina provincia de Holguín... pero no puedo ni debo. Él tiene la necesidad de aprender por sí mismo a buscar las respuestas y el valor de estas en el difícil camino de la emancipación.
Y aunque muchos opinan que ojos que no ven ... los vecinos de Calle Siete sienten que no obstante la escabrosa transición a la adultez, los jóvenes que como Daniel se gradúan en las diversas enseñanzas, sorprenden con una visión sui géneris el modo de percibir, sentir, apropiarse y mostrar las posibilidades inigualables de la Educación en Cuba.