miércoles, 28 de noviembre de 2012

Tatuaje

Estoy triste, molesta conmigo misma. Mi primer pensamiento del día ha sido para Daniel de Jesús, mi hijo de 20 años de edad; lo cierto es que no quiero decir nada complicado; pero voy a empezar por el principio, o lo que es igual por aquel agosto de 1992 que me enseñó definitivamente a quererlo.
Miro su brazo y un escalofrío recorre todo mi cuerpo, es como ver deshacer lo que has estado construyendo durante toda la vida, como tirar de un hilo roto y hasta sentir la forma en que se va descosiendo, y siento,  que el frío que me ha sorprendido por estos días desnuda mis preocupaciones.
Llovizna en Bayamo, saco el brazo por la persiana de mi habitación y un deseo inmenso de caminar bajo la lluvia, para que cada gota de agua que caiga sobre mi cara, mi pelo ...  "limpie" cualquier herida existente entre los dos.
Sin embargo, hoy estamos aquí juntos. Él feliz y yo con ese dolor de no haber podido impedir el tatuaje de mi nombre en su antebrazo derecho. Me lastima en lo más profundo que no conozca las palabras de Oscar Wilde cuando dijo que amarse a sí mismo es un idilio que durará toda la vida. Lo digo sobre todo por el maltrato a la piel, y las consecuencias que pueden derivarse de ese acto.
A esta hora de la noche solo te pido que perdones los errores de tu madre y las mil maneras de echarlo a perder todo cuando casi creía que los estaba arreglando. 
 Calle Siete es consciente de que no hacía falta en el brazo si me llevas tatuada en tu corazón.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Cumpleaños 499 de Bayamo

 He tenido la suerte de nacer en Bayamo, esa ciudad del oriente donde cada piedra, cada adoquín, cada barrote de las ventanas motivan y enamoran. La segunda villa de Cuba, fundada en 1513 por el Adelantado Diego Velázquez de Cuéllar, está cumpliendo justamente hoy 499 años. Sin embargo este día me parece una broma melancólica.
Estoy confundida. Yo amo de Bayamo su río, sus casas coloniales, su historia, sus tradicionales rosquitas, rosca blanda, matahambre, sus muñecas de trapo, sus fiestas de Reyes, la Plaza de la Patria, donde se cantó por vez primera aquella marcha guerrera que es nuestro Himno Nacional, las calles estrechas,  y ni decir lo que siento por los bayameses.
Cuando no estoy en este sitio de la geografía de la provincia de Granma, Cuna de la Nacionalidad Cubana, donde existió el primer cementerio a cielo abierto, no solo del país, sino posiblemente de América Latina,  extraño  su atmósfera de ciudad grande; pero ligera , libre, creativa, auténtica ... y hasta mis ojos le echan de menos.
Calle Siete sabe que no miento. Supongo que como todo ser humano tengo derecho a guardar silencio, pero no me lo perdonaría porque el silencio es la peor de las opiniones. Una tenue luz baña la habitación donde escribo, pienso en la Plaza de la Revolución, en la escultura en cera que inmortaliza a la inigualable Rita Montaner, develada el pasado 20 de Octubre, y le susurro a mi hijo lo que me queda de día  para volver  a sonreír.
Te conozco, pero no basta!!! Felicidades, Bayamo!