miércoles, 23 de marzo de 2016

Despidió Raúl a Obama

Porque se trata de un acontecimiento histórico Calle Siete ha considerado dejar testimonio  de la visita del presidente estadounidense Barack Obama a Cuba, del 20 al 22 de este mes y  que, sin lugar a duda, traerá beneficios para mi país, sobre todo si Estados Unidos levanta el bloqueo económico, financiero y comercial que ha tenido repercusión catastrófica para el pueblo en todas las esferas de la vida.
Acompañaron a Barack Obama su esposa Michelle Obama, sus dos hijas Malia y Sasha, su suegra, miembros de su gabinete, senadores dem'ocratas y republicanos. En el Aeropuerto internacional José Martí la delegación cubana que los esperó estuvo encabezada por Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores. 
Desde Bayamo suscribo la reseña que describió el hecho en las páginas del periódico Granma.
El presidente de los Estados Unidos, Ba­rack Obama, concluyó este martes su visita oficial a Cuba, a donde llegó el pasado do­mingo 20 de marzo. En el aeropuerto internacional Jo­sé Martí,  fue despedido por el presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz.
En la última jornada, el mandatario estadounidense ofre­ció un discurso a representantes de la sociedad civil cubana desde el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, utilizando el tele­promp­ter, y presenció luego —en compañía de su familia, legisladores y miembros de su gabinete— dos innings del partido de béisbol entre el Tampa Bay Rays de las Grandes Ligas de Estados Unidos y una selección nacional de Cuba, en el esta­dio Latinoamericano.
En este juego, estuvo presente también el presidente cubano Raúl Castro, además del presidente de la Asam­blea Nacional del Poder Po­pular Esteban Lazo, el primer vicepresidente de los Con­sejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, entre otros altos funcionarios de nuestro gobierno.
Durante su estancia en el territorio nacional, el cuadragésimo cuarto presidente de Estados Unidos realizó —junto a la comitiva que lo acompañaba— un recorrido por algunos sitios del centro histórico de la capital como la Plaza de Armas, el Palacio de los Ca­pitanes Generales y la Catedral de La Haba­na, guiados por el historiador de la ciudad Eusebio Leal Spengler.
Asimismo, en la mañana del lunes 21 de marzo, Barack Obama participó en la ceremonia de colocación de una ofrenda floral an­te el monumento al Héroe Nacional José Martí, en la Plaza de la Revolución, y sostuvo conversaciones oficiales con el presidente cubano Raúl Castro Ruz. Luego, ambos man­datarios ofrecieron declaraciones a la prensa, las cuales tuvieron amplia repercusión internacional.
Mientras, en el horario de la tarde, dialogó en el Foro de Negocios con trabajadores del sec­tor estatal y otras formas de gestión cubanas.
Aun cuando no se reunió con el Líder de la Revolución, en una entrevista de ABC al Pre­sidente Obama, a la pregunta de si él se reuniría con Fidel Castro, respondió que: “Esta­ría feliz de reunirme con él, como un símbolo del final… de la guerra fría”.
La llegada de Obama a Cuba aconteció 15 meses después del anuncio del proceso de restablecimiento de las relaciones entre am­bas naciones, el 17 de diciembre del 2014, y es la primera visita que realiza un mandatario de la nación norteña a nuestro país luego del triunfo de la Revolución.
Obama continuó viaje a Argentina, donde su agenda incluye, según la agencia EFE, un encuentro con su homólogo Mauricio Macri en la Casa Rosada, sede de la presidencia en esta nación sudamericana.

sábado, 19 de marzo de 2016

Festival de música LaMiSiFa en Bayamo


Bayamo coquetea con la espiritualidad de sus hijos, por sus arterias corre ese sentimiento íntimo de alegría contagioso del que no puede salvarse y eso me gusta.
Todavía arropa a los bayameses el Festival Nacional de Música de Conciertos para Pequeños Formatos LaMiSiFa, cuya quinta edición tuvo por sede a la Casa de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba que concluyó este viernes en la suroriental provincia de Granma. 
Entre las opciones teóricas del evento, convocada por la Filial de música de la Uneac, figuró una conferencia magistral de Bladimir Zamora, quien recordó el estreno de la canción La Bayamesa,  compuesta por  Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, José Fornaris Luque y Francisco del Castillo Moreno, -considerada como la primera pieza musical auténticamente cubana- en su aniversario 165.
El programa de la cita también  incluyó clases abiertas para alumnos de la Escuela profesional de arte Manuel Muñoz Cedeño, como una verdadera contribución a la formación del gusto estético de las jóvenes generaciones de músicos.
Calle Siete estuvo allí, enriqueció su espiritualidad junto a la muestra de destreza en las interpretaciones de temas nacionales e internacionales del cuarteto Metales en Concierto dirigido por Augusto César Odio Feria, Ormán Cala y el Dúo Ébano,  y vio palpitar el buen gusto en ese delicado acto de cultura.
 

viernes, 18 de marzo de 2016

Declaraciones de Bruno Rodríguez Parrilla a la prensa nacional e internacional

El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla explicó a la prensa nacional y extranjera la posición de Cuba ante la nueva ronda de medidas del Gobierno de Estados Unidos que modifican algunos aspectos del bloqueo. Abordó además algunos pormenores de la próxima visita al país del presidente Barack Obama

Declaraciones de Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, a la prensa nacional e internacional.
Sala de Prensa del Hotel Tryp Habana Libre.
17 de marzo de 2016, “Año 58 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Moderador.- Como hemos informado, el ministro de Relaciones Exteriores, compañero Bruno Rodríguez Parrilla, realizará unas declaraciones a la prensa nacional y extranjera, a propósito de las nuevas medidas anunciadas recientemente por el gobierno de Estados Unidos y de la próxima visita a Cuba del presidente Barack Obama.
Seguidamente responderá algunas preguntas.
Bruno Rodríguez.-   El 15 de marzo, los Departamentos del Tesoro y Comercio de Estados Unidos emitieron nuevas regulaciones que modifican la aplicación de algunos aspectos del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.
Este es el cuarto anuncio de este tipo que realiza el gobierno norteamericano desde los anuncios del 17 de diciembre de 2014, cuando los presidentes de ambos países dieron a conocer la decisión de restablecer relaciones diplomáticas.
Las medidas anunciadas anteriormente hicieron poca diferencia en la aplicación real del bloqueo y no han funcionado debido al carácter integral y opresivo de éste.
Estamos estudiando el alcance y los efectos prácticos que podrían tener las medidas anunciadas hace 48 horas. Se puede afirmar, sin dudas, que son medidas positivas, que marchan en la dirección correcta y cuya profundidad habrá que establecer en los hechos.
Algunas de estas medidas amplían el alcance de las que se habían adoptado antes.  Es el caso, por ejemplo, de la que autoriza ahora los viajes individuales bajo la licencia para intercambios educacionales llamados “pueblo a pueblo”. Hay que recordar que, a pesar de ello, se mantiene la prohibición legal a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba.
La amenaza de sanciones penales o administrativas por hacer turismo en Cuba es una prohibición insana, injustificada, que no debería existir. Únicamente Cuba es un destino prohibido a los ciudadanos estadounidenses. Al adoptar esta medida, sin embargo, se sigue obligando a los ciudadanos norteamericanos a conservar registro de todos sus gastos y de todas sus actividades, y se les exige, de una manera insólita, que dediquen todo el tiempo de su visita a nuestro país, no a disfrutar el contacto abierto con los cubanos y las maravillas de Cuba, sino, según dice estrictamente la decisión ejecutiva, “a promover la independencia de los cubanos”.
¿Por qué mantener esta absurda prohibición? ¿Qué pasa con las libertades civiles de los ciudadanos norteamericanos?
Otra medida significativa es la autorización a Cuba del uso del dólar en sus transacciones internacionales. Atañe, sin duda, a un aspecto significativo del bloqueo. Sin embargo, para que esta medida sea viable, se requerirán seguramente declaraciones políticas de muy alto nivel del Gobierno de Estados Unidos, se requerirán documentos de alcance jurídico, aclaraciones legales numerosas del Departamento del Tesoro que den seguridad jurídica y política a los bancos a los bancos extranjeros y a los propios bancos estadounidenses. Los bancos tendrán que entender si, en efecto, esta medida significa que cesa en el futuro próximo la persecución financiera contra Cuba. Habrá que revertir los efectos intimidatorios acumulados durante décadas, en particular en el último período en el cual se aplicaron sanciones a entidades bancarias internacionales, es decir, extranjeras, de terceros países, por valor de más de 14 000 millones de dólares, por relacionarse de manera totalmente legítima con Cuba.
En los próximos días intentaremos realizar transferencias en dólares con entidades bancarias de terceros países y en los propios Estados Unidos, para verificar si, en efecto, estas transacciones pueden realizarse y si los bancos extranjeros y norteamericanos tienen indicaciones de que pueden realizar estas operaciones con Cuba sin temor a injustas e intimidatorias penalizaciones. Habría que esperar que en lo adelante no se repitan multas como las aplicadas en las semanas recientes, después de avanzado el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas y después de anunciadas las medidas anteriores, contra bancos como el alemán Commerzbank y el francés Credit Agricole.
Deseo anunciar que el gobierno cubano ha decidido eliminar el gravamen del 10% que se aplica hoy al dólar norteamericano cuando ingresa en nuestro país.
Debo recordar que dicho gravamen se estableció al uso de dinero en efectivo, en dólares estadounidenses, en el año 2004, como una medida justificada en legítima defensa frente al fortalecimiento insólito, desde aquel momento, de la persecución financiera.
Este gravamen del 10% ha servido para compensar a las instituciones financieras cubanas por los riesgos y costos que ha generado y genera hasta este momento el uso del dólar.
Debo decir que solo después que se compruebe con la banca internacional corresponsal de nuestros bancos la posibilidad de hacer uso del dólar estadounidense en nuestras operaciones, y que estas operaciones estén realizándose con plena normalidad, se hará efectiva la decisión de la eliminación del gravamen. Mientras haya persecución financiera habrá gravamen, cuando ésta haya cesado en la realidad, en los hechos, el gravamen será eliminado.
Sin embargo, la medida anunciada con relación al uso por parte de Cuba del dólar estadounidense, no significa, lamentablemente en modo alguno, que se hayan normalizado las relaciones bancarias entre Cuba y Estados Unidos, como perfectamente habría podido haberse esperarse en estas circunstancias.
Según las regulaciones del gobierno de Estados Unidos, no se permite que los bancos cubanos tengan cuentas corresponsales en bancos estadounidenses; es decir, nuestros bancos no podrán tener cuentas corresponsales en los bancos norteamericanos, requisito indispensable para sostener relaciones financieras normales, por lo que necesariamente las operaciones financieras cubanas tendrán que seguir haciéndose a través de terceros, lo cual continuará incrementando los costos operacionales, los trámites asociados y, a partir de la acumulación de terribles penalidades, efectos disuasorios.
Quisiera preguntar al gobierno de Estados Unidos por qué no se ha dado ahora ese paso, por qué no puede darse, por qué ha sido excluida de estas medidas la autorización a los bancos cubanos de abrir cuentas corresponsales en bancos estadounidenses, en particular, en vísperas de un momento significativo en nuestras relaciones bilaterales, como será la llegada a La Habana del presidente Barack Obama.
Tampoco se ha anunciado ninguna decisión en relación con la posibilidad de que se realicen inversiones norteamericanas en nuestro país, más allá de las ya aprobadas antes, no en este último paquete de medidas, para el sector de las telecomunicaciones con propósitos declaradamente políticos.
Como se señaló en el reciente Editorial del periódico Granma, Cuba ha aceptado el desafío; pero actuaremos en el terreno de las operaciones de telecomunicaciones a partir de las prioridades nacionales de informatización de nuestra sociedad y continuaremos protegiendo la soberanía tecnológica de nuestras redes.
Hemos visto también con decepción que se mantiene la prohibición a las importaciones de productos cubanos en Estados Unidos, incluyendo medicamentos y productos biotecnológicos. De manera que el limitado comercio bilateral alejado de las normas internacionales de comercio, de la libertad de navegación, de forma discriminatoria, pero que opera hoy de manera limitadísima entre los dos países, sigue siendo estrictamente unidireccional. No puede haber importación en Estados Unidos de productos ni servicios cubanos. Solamente se ha modificado una prohibición absurda que impedía a los ciudadanos estadounidenses, incluso, consumir productos o servicios cubanos en terceros países, no ya en Cuba, no ya en Estados Unidos; lo que se ha hecho ahora es autorizar el consumo de esos productos o servicios en algún tercer país.
Si un ciudadano norteamericano visita a Canadá y desea adquirir algún producto cubano, disfrutar de algún tratamiento cubano en Estados Unidos, si deseara llevar consigo una botella del mejor ron añejo que se vende en el mundo o de los mejores habanos, le está impedido hacerlo.
¿Por qué los ciudadanos estadounidenses, en esta circunstancia particular de la relación bilateral, no pueden utilizar las vacunas terapéuticas cubanas contra el cáncer de última generación?
¿Por qué no pueden acceder al tratamiento único cubano para el pie diabético, que ha demostrado una efectividad que no se encuentra en otro producto en el mercado mundial?
Las exportaciones de Estados Unidos a Cuba continúan siendo limitadas, a pesar de nuestra nueva Ley de Inversiones, de la apertura de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel y de las oportunidades que ofrece la economía cubana.
Entre las medidas enunciadas, se ha autorizado la contratación, el pago a ciudadanos cubanos no inmigrantes, es decir, temporalmente en territorio de Estados Unidos. De manera que a partir de ella nuestros artistas reconocidos en la cultura estadounidense, nuestros excelentes deportistas podrían ser contratados. Sin embargo, se hace de una manera discriminatoria contra los ciudadanos, los artistas, los atletas, las personas de nuestra tierra.
Por ejemplo, los pagos que reciba un artista, o un músico reconocido, o un atleta cubano en algún evento significativo, no podrían satisfacer las leyes de impuestos que existen en nuestro país y colocaría al ciudadano cubano o ciudadana en situación de ilegalidad. De igual manera se establecen normas ridículas para impedir que un centavo de ese dinero pudiera venir al sector público en Cuba.
Reitero que para que haya relaciones normales en el ámbito del deporte, debe cesar la política que condiciona la contratación de peloteros cubanos para las ligas estadounidenses a que renuncien a su residencia en nuestro país. Sin embargo, reconozco que es un paso positivo el que se ha dado autorizando dichos pagos.
Ha habido otra medida que también tendrá un efecto positivo, aunque limitado, según se ha anunciado por el Departamento del Tesoro, relativa a la prohibición a barcos que hayan transportado mercancías a Cuba para entrar en puertos estadounidenses en un plazo de 180 días, lo cual obviamente encarece los costos por concepto de fletes. Es decir, un barco que ha transportado alguna mercancía de Estados Unidos a Cuba podría continuar realizando operaciones; estamos hablando de buques estadounidenses. Es una medida que no beneficia a Cuba, sino que beneficia, y está bien que lo haga, a las navieras estadounidenses.
Ciudadanos y empresas cubanas y de otros países continúan incluidos en una lista arbitraria, conocida como “nacionales especialmente designados”, una lista negra que les impide realizar transacciones con empresas norteamericanas y sus subsidiarias.
Todas estas restricciones habrían podido ser eliminadas ahora o podrían serlo en las próximas semanas o meses mediante decisiones única y estrictamente ejecutivas.
La realidad es que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba sigue en vigor después de los anuncios realizados hace 48 horas. No es solo mi opinión. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, el señor Jack Lew, acaba de decir que el bloqueo limita “muy, muy significativamente” el volumen de transacciones entre Cuba y Estados Unidos.
Sus componentes disuasivos y punitivos continúan en vigor.
•    Empresas de Estados Unidos y extranjeras han sido multadas en fecha muy reciente por ofrecer servicios y equipamiento estadounidense a Cuba.
•    A empresas extranjeras que comercializan níquel y ron cubano se les han cancelado líneas de crédito y rechazado sus transferencias bancarias, incluso en monedas distintas al dólar estadounidense.
•    Bancos extranjeros han cerrado las cuentas bancarias en otras monedas de terceros países a personal de la salud cubano que brindan su colaboración en países de África.
•    Subsidiarias de empresas estadounidenses en terceros países niegan cotidianamente hasta este minuto sus servicios a misiones diplomáticas y entidades cubanas radicadas en el extranjero.
El bloqueo es, sigue y seguirá siendo, a menos que se adopten otras decisiones ejecutivas o incluso legislativas, el obstáculo decisivo, el obstáculo más importante para el desarrollo económico de Cuba y causa privaciones a nuestro pueblo.
Por eso, reitero que su eliminación será esencial para avanzar hacia la normalización de las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba. De la misma forma que la devolución del territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo debe ser restituido a nuestro pueblo para avanzar hacia la normalización.
Altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos han declarado en las últimas horas que el objetivo de las nuevas medidas aprobadas es “empoderar” al pueblo cubano. El pueblo cubano se empoderó a sí mismo hace décadas. Algo debe andar mal en la democracia estadounidense si se habla de empoderar a otros pueblos; son los pueblos en los que reside la soberanía y está el poder real en las democracias verdaderas los que empoderan o no a los gobiernos. Si al Gobierno de Estados Unidos le interesa beneficiar al pueblo de Cuba, ayudar al pueblo de Cuba, como se dice, levante el bloqueo. Sería mejor ocuparse de empoderar al propio pueblo estadounidense. ¿Por qué no se consulta a quienes pagan impuestos en Estados Unidos, las políticas monetarias, las políticas impositivas, las políticas migratorias? ¿Por qué no se pregunta y se somete a consulta del pueblo estadounidense, a las ciudadanas y ciudadanos norteamericanos, las políticas educacionales, las políticas de empleo, las políticas de salud, las políticas de igual salario por igual trabajo a las mujeres? ¿Por qué Wall Street no transfiere poder a la gente que paga los impuestos? Nadie podría decir con seriedad que el poder no está en Wall Street, sino en el pueblo estadounidense.
Reconocemos la posición del presidente Barack Obama contra el bloqueo a Cuba y los llamados reiterados que ha hecho al Congreso para levantarlo. Hemos expresado reconocimiento y aprecio, incluso lo ha hecho el presidente de la República de Cuba Raúl Castro Ruz.
Debo, sin embargo, reconocer que persisten grandes diferencias entre el gobierno de Estados Unidos y el de Cuba en materia de sistemas políticos, democracia, derechos humanos, aplicación e interpretación del Derecho Internacional; grandes diferencias en relación con el concepto de soberanía nacional, profundas diferencias en relación con la preservación de la paz y la seguridad internacionales; grandes diferencias en relación con las guerras imperialistas no convencionales que están provocando oleadas de refugiados en Europa.
Buscamos también una relación distinta a la visión del gobierno norteamericano en sus relaciones con la América Latina y el Caribe.
Tenemos grandes diferencias a partir de nuestra enfática, irrestricta, plena solidaridad con la República Bolivariana de Venezuela y con la unión-cívico militar de su pueblo que encabeza el presidente Nicolás Maduro Moros, y reiteraremos al gobierno de Estados Unidos nuestro reclamo de que aquella Orden Ejecutiva recientemente renovada, que califica a Venezuela como una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional de Estados Unidos, que no tiene justificación, que es arbitraria y agresiva, sea eliminada o abrogada.
Al reconocer los pasos que ha dado el Presidente de Estados Unidos en relación con la modificación de aspectos del bloqueo a Cuba, deseo enfatizar nuestra esperanza de que el Congreso de Estados Unidos cumpla su deber de actuar según la voluntad de los ciudadanos estadounidenses, incluida la emigración cubana, que reclama de manera ampliamente mayoritaria, igual que el reclamo unánime de la comunidad internacional y prácticamente de todos los sectores de la sociedad estadounidense, que el Congreso levante definitiva y completamente el bloqueo a Cuba.
Quiero enfatizar, en vísperas de esa importante visita, que Cuba se ha involucrado, y continuará haciéndolo, en la construcción de una nueva relación con el gobierno de Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía y apegada a sus ideales de justicia social y solidaridad.
En nuestra relación con Estados Unidos no está, de ninguna manera, en la mesa de negociaciones la realización de cambios internos en Cuba, que son y serán de la exclusiva soberanía de nuestro pueblo.
Nadie podría pretender que para avanzar hacia la normalización de relaciones entre ambos países, Cuba tenga que renunciar a uno solo de sus principios, ni a su política exterior profundamente, históricamente comprometida con las causas justas en el mundo y con la defensa de la autodeterminación de los pueblos.
En los próximos días nuestro pueblo, nuestro gobierno, recibiremos al Presidente de Estados Unidos Barack Obama con la hospitalidad que distingue a Cuba, y con el respeto y consideración que merece en su condición de Jefe de Estado.
Ese es el sentimiento, esa es la voluntad del pueblo cubano.
Durante su estancia en Cuba el presidente de Estados Unidos realizará un paseo por La Habana Vieja el domingo 20, visitará la Catedral de La Habana. El lunes 21 será el día del ceremonial diplomático, protocolar. Esperamos que el Presidente de Estados Unidos rinda homenaje al Héroe Nacional José Martí, que tanto encarna los sentimientos de nuestros pueblos y nuestra interpretación de nuestro destino.
Tendrá conversaciones oficiales con el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro Ruz. Ambos presidentes realizarán una declaración a la prensa.
Habrá también un evento de naturaleza empresarial al que concurrirán los empresarios, cooperativistas, cuentapropistas cubanos y los norteamericanos.
El día 22 tendrá el presidente Obama un encuentro con nuestro pueblo, con nuestra amplia, diversa sociedad civil. En el Gran Teatro “Alicia Alonso” hará un discurso y tendrá la oportunidad de conocer nuestra realidad, a nuestro pueblo, a nuestra juventud, de profundas convicciones probadas en muchas dificultades.
El presidente Obama tendrá la oportunidad de dirigirse directamente al pueblo cubano. Como ha sido el caso de otras visitas de dignatarios extranjeros, su comparecencia será televisada en vivo por la televisión cubana. Todos podrán ver su discurso y cada quien podrá formarse su propia opinión sobre lo que diga.
Esperamos que en esos días el presidente Obama conozca mejor a nuestro país e interactúe con las organizaciones de nuestra sociedad civil, más de 2 000 de ellas, que participan en todos los ámbitos de la vida nacional.
El mandatario estadounidense podrá apreciar una nación enfrascada en su desarrollo económico y social, en el mejoramiento del bienestar y la garantía de la completa dignidad de sus ciudadanos, de un pueblo que disfruta de derechos y que puede exhibir logros que infortunadamente constituyen una quimera para muchos habitantes del planeta, a pesar de ser un país bloqueado y subdesarrollado.
La visita del presidente Obama -y concluyo así- también será una ocasión importante para identificar nuevos pasos que pudieran darse en los próximos meses como contribución al proceso de mejoría de las relaciones bilaterales, sobre bases de respeto y de igualdad recíprocas, en beneficio de ambos países y pueblos.
Muchas gracias.
Preguntas y respuestas del ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,  Bruno Rodríguez Parrilla, en conferencia de prensa. 17 de marzo de 2016.
Moderador.- Pasamos a las preguntas. Andrea.
Andrea Rodríguez (AP).- Buenas tardes.
Señor, como usted mencionó, han sido cuatro paquetes de medidas los anunciados sucesivamente por el presidente Obama. Usted ha hecho un análisis de este último, muy exhaustivo, y también ha mencionado que Cuba piensa eliminar el 10% del circulante del papel moneda estadounidense si esto finalmente funciona; pero me gustaría saber en esta dirección dos cosas:
La primera es si Cuba se prepara para algún otro tipo de paquete de medidas, no las estadounidenses, sino Cuba hacia Estados Unidos, que permita, por ejemplo, a emprendedores comprar cosas allá y traerlas, o a los peloteros y gente de la cultura que usted mencionó, contratarse, o a las propias empresas estadounidenses incrementar su comercio con Estados Unidos.
Y en otra dirección, si esto es todo lo que vamos a ver, o sea, lo del 10% que usted mencionó, de parte de Cuba ante la visita de Estados Unidos, o piensa que va a haber otro tipo de temas en discusión desde Cuba hacia Estados Unidos.
Bruno Rodríguez.- Sí.
No sé si Andrea pudiera mencionar alguna medida discriminatoria o restrictiva que Cuba aplique a Estados Unidos y que pudiera ser modificada. No existe. Cuba no discrimina a las empresas estadounidenses, da la bienvenida a los turistas estadounidenses, desea profundizar los vínculos culturales, deportivos, académicos, científicos, no los restringe de ninguna manera; tiene una política migratoria totalmente abierta, que permite a los ciudadanos cubanos, siempre que reciban visa estadounidense, visitar ese país o, incluso, residir allí.
Nosotros pasamos nuestro gran paquete de medidas en 1959. En este período hemos estado realizando de manera permanente, hasta este minuto, las transformaciones que demanda la sociedad cubana.
Cuba es un país en permanente cambio, en permanente transformación. ¿Hacia dónde cambia? Hacia una economía más competitiva, más productiva; hacia políticas sociales cada vez más justas, que alcancen de manera universal a todas y todos los cubanos y que, al mismo tiempo, cuenten con mayor sostenibilidad económica.
Cuba acaba de hacer cambios importantes en materia de su política de inversión extranjera. Acaba de abrir, por primera vez en su historia, una zona especial de desarrollo con incentivos especiales para la empresa extranjera.
En el año 2011 Cuba adoptó un nuevo programa de medidas económicas y sociales que llamamos Lineamientos de Política Económica y Social, que fue adoptado como Ley después por nuestro Parlamento, y que el venidero Congreso del Partido Comunista de Cuba evaluará su ejecución y ajustará también. Claramente, introducirá ajustes, cambios para ajustar aquel programa, que es nuestro programa, al desarrollo, a la ejecución de las medidas entonces decididas que, en general, marcha bien; pero que requiere, evidentemente, ser vista a partir de la experiencia de los cuatro años transcurridos.
De manera que puedo decir que Cuba es una sociedad cambiante y nuestro pueblo se propone cambiar todo lo que deba ser cambiado, para lograr que el socialismo cubano sea cada vez más justo, que nuestras políticas sociales sean cada vez más inclusivas para asegurar plena garantía de los derechos políticos y civiles, y también de los derechos económicos, sociales y culturales a todas nuestras ciudadanas y ciudadanos, garantizar a nuestros niños un futuro de felicidad y construir una economía fuerte que garantice prosperidad, bienestar, justicia y dignidad a los cubanos.
Sergio Gómez (Granma).- Ministro, ¿qué impacto podría tener en el fenómeno de la migración ilegal cubana las medidas orientadas a la posibilidad de recibir salarios o compensaciones en caso de que un ciudadano cubano tenga la visa correspondiente y la posibilidad de que algún tipo de empresa norteamericana contrate a ciudadanos cubanos, si bien se mantienen en pie las leyes y las políticas que promueven esa migración ilegal?. En ese mismo sentido, si hay algún tipo de diálogo o conversación con la parte estadounidense para ampliar el régimen de otorgamiento de visas de no inmigrantes que son las que permitirían este tipo de intercambio.
Bruno Rodríguez.- Como señalé, esa es una medida que se ha anunciado hace apenas 48 horas. Estamos estudiándola, seguramente requerirá intercambios entre las autoridades reguladoras de ambos países.
Cuba tiene una política migratoria totalmente abierta y normal, Estados Unidos aplica medidas migratorias en relación con Cuba de carácter selectivo y políticamente motivado, que constituyen un aliento a la emigración ilegal, insegura y desordenada y que afectan las relaciones migratorias normales.
A mí me parece que al reconocer que un renombrado artista cubano o un deportista cubano conocido mundialmente pueda actuar o competir en Estados Unidos y recibir pagos, es una medida de la más elemental justicia. Se ha eliminado una medida totalmente selectiva, discriminatoria, políticamente motivada, que llevaba un aspecto de la aplicación del bloqueo, aunque quedan muchísimos otros, a la vida individual, a los derechos de las personas. Sin embargo, el hecho de que se continuará discriminando al artista cubano, al deportista cubano, al trabajador cubano en Estados Unidos por el hecho de prohibirle cumplir las leyes de su país en materia impositiva o establecer restricciones que no se establecen para ningún trabajador, ni ninguna persona de ninguna otra parte del planeta que trabaje en Estados Unidos, continúa siendo un obstáculo y demuestra que las políticas siguen siendo discriminatorias, selectivas y políticamente motivada.
Patrick Oppmann (CNN).- Sobre el discurso que el Presidente va a dar en el Gran Teatro, ¿ya el gobierno cubano sabe lo que va a decir? ¿De alguna forma tiene que aprobar el gobierno el discurso que va a hacer el presidente Obama? ¿Qué pasa si él critica al gobierno cubano, como ha hecho en otros momentos? ¿Responderán durante la visita? ¿Y cuál es el mensaje que él debe traer? ¿Cuál es el mensaje que quiere escuchar el pueblo cubano del presidente Obama?
Bruno Rodríguez.- Bueno, el presidente Barack Obama tendrá que llegar a La Habana, cumplir su programa del domingo, llegar el lunes al Gran Teatro y hacer su discurso. Allí nos enteraremos. Lo escucharemos con profunda atención y respeto, como merece un jefe de Estado. Seguramente se expresarán algunas diferencias, que escucharemos nosotros también con todo respeto sin renunciar a nuestras convicciones.
Es una buena pregunta que podría hacer usted a la avanzada de la delegación presidencial que se encuentra en La Habana. Yo podré comentarle sobre el discurso después que lo escuche.
Rosa M. Elizalde (Cubadebate).- Buenas tardes, Ministro.
Quisiera saber si tenemos detalles de qué actividades de prensa va a tener el presidente Barack Obama acá.
Y otra pregunta, si me permite. He escuchado rumores de que Obama va a participar o hará un programa de humor político en la isla, ¿es eso cierto?
Bruno Rodríguez.- No lo sé. El presidente Obama, como es habitual en las visitas presidenciales, seguramente recibirá una gran cobertura de ustedes, es decir, de la prensa estadounidense, de la prensa internacional y de la prensa cubana, y las autoridades de nuestro país cumplirán con su deber de asegurar las mejores condiciones para que ustedes puedan hacer su trabajo.
Está previsto que los dos presidentes, al concluir sus conversaciones oficiales, realicen declaraciones ante la prensa. Seguramente habrá otras actividades de prensa a lo largo del programa.
Conozco, por experiencia propia, que muchos ciudadanos estadounidenses se informan sobre la realidad política en su país y en el mundo a través de programas de humor político, de comedia política. Francamente no lo sé; pero estoy seguro de que hay humoristas cubanos, de excelente calidad, que estarían interesados en interactuar con el Presidente de Estados Unidos. Conozco, he visto ya excelentes programas que tratan, con fino humor y sentido político, el estado y la evolución de las relaciones bilaterales, y he oído excelentes chistes sobre las relaciones entre Josefina y la señora Roberta Jacobson; pero no lo sé, habrá que preguntarle a la delegación estadounidense, o esperar a que ocurra para, de ocurrir, reírnos todos juntos.
Muchas gracias.
Moderador.- Bueno, de esta forma, luego de la comparecencia de nuestro Ministro, dejamos formalmente inaugurada la Sala de Prensa del Hotel Tryp Habana Libre para la visita del presidente Obama a Cuba.
Muchas gracias.


lunes, 14 de marzo de 2016

Recibe Marisela Presa premio Rubén Castillo



El Periodismo sigue siendo una imperiosa necesidad, mucho más en estos tiempos en que la velocidad y la inmediatez se han convertido en los principales valores de este oficio, alterando el compromiso de denunciar, informar, narrar, analizar y ayudar a comprender de quienes decidieron  ejercer esta profesión.
Es una labor que nos permite ser testigos para luego contar, aprender sobre la condición humana, indagar acerca de lo que no sabemos para comprendernos y de esta manera entender mejor la sociedad en la que vivimos, mientras invita a vencer el acomodamiento.
En la provincia de Granma, Calle Siete conoce a muchas personalidades del Periodismo a las que reverencia, pero hoy, precisamente cuando Cuba celebra el Día de la prensa mientras recuerda aquel 14 de marzo de 1892, fecha en la que José Martí fundó el periódico Patria, prefiero dejarles las palabras de Marisela Presa Sagué, una profesional de altos quilates de CMKX Radio Bayamo, quien acaba de recibir el premio Rubén Castillo Ramos, Por la obra de la vida 2016:

Es sumamente difícil hablar en una ocasión como esta.
Aún me traicionan los nervios cuando avanzo hacia una nueva cobertura, pero luego, en el quehacer de la tarea disfruto y vivo esta profesión acorde con mi temperamento, a mi sed de hacer y a mi obstinada insistencia, que no siempre soy capaz de controlar.
Aquí en esta ciudad (Bayamo), que me ha acogido también como suya he dejado mis huellas en sus calles detrás de las noticias, en amaneceres brillantes, en difíciles y duros días de apagones, en noches y madrugadas de huracanes, cuando el viento y la lluvia obligan a todos a guardarse en sus casas.
He disfrutado el sabor de la primera vez de los más significativos acontecimientos de los últimos 40 años en esta provincia (de Granma), he estado en sus actos, en sus llantos, en sus homenajes y en sus compromisos, fundiendo mi pasión con el periodismo y la necesidad de que un pueblo conozca el porqué de nuestro empeño de hacer de ésta una mejor sociedad.
Pero reitero que este es un momento realmente complejo. El hombre siempre se niega a los reconocimientos y a los homenajes porque lo más importante es lo que se hace en el camino, cuando las demandas impelen y sabemos que en cada paso hay un gesto y una acción dedicada al mejoramiento de los demás.
Alguien dijo con mucha razón que no se trata de recibir homenajes, sino de merecerlos.
No creo merecerlo, pero sí creo en los compromisos que tenemos con los demás y con nuestro tiempo, por eso lo recibo en nombre de todos mis compañeros y de la institución que durante tantos años he representado, con entrega y con mucho cariño.
El ejercicio del periodismo, al que dedicó nuestro José Martí todo lo mejor de corta y fructífera vida, fue el arma mejor para su lucha.
El pensamiento social y político cubano nació de aquellos padres fundadores, que desde una cultura universal humanista, fueron capaces de ejercer una práctica de socialización de las ideas contestatarias.
El periodismo fue el espacio fundamental para la defensa y socialización de las ideas, de ahí nació lo mejor del pensamiento social y político cubano.
Pero lo importe es saber que sus mensajes eran profundamente éticos. Fue la ética lo que realmente nos ha quedado de aquellas jornadas fundacionales.
Por eso el legado que hemos recibido los periodistas cubanos ha sido y es el ejercicio ético de esta hermosa, difícil y comprometida profesión.
Cuando llegado el momento de organizar la guerra que llamó Necesaria fundó un Partido, pero creó también un instrumento necesario para la concientización de los objetivos de su lucha. Y lo llamó soldado porque debía estar en la primera trinchera, en la primera línea de combate.
Hoy también nuestros órganos y nuestros medios son soldados y nosotros servidores comprometidos de ideas y de principios.
Que este premio “Por la obra de toda la vida” se llame Rubén Castillo Ramos, tiene un especial significado. Rubén fue un periodista de pluma y machete. De esos que dejan la piel en el camino en pos de la verdad y la objetividad. Pero fue también un periodista comprometido, porque fue siempre un revolucionario consecuente que escribió historia pero que también hizo historia.
Por eso hoy al recibir de mis compañeros, de mis amigos de mis hermanos de profesión y de desvelos este reconocimiento estamos también homenajeando a los con tanta pasión se han dedicado en esta tierra al periodismo y claro está, con todo su ser a la Revolución.
Agradezco por tanto a los que me propusieron y a los que me otorgaron este reconocimiento, que sabré seguir mereciendo, porque en esta profesión no se descasa si uno está comprometido, y se lo dedico a mi mami, que con sus casi 90 años hoy me acompaña y me reconoce y sabe que cuanto hago, día a día, es con puro amor.
Gracias

jueves, 10 de marzo de 2016

Recuerdan periodistas a David Chacón

Acaba de concluir en el salón del periódico La Demajagua, en Bayamo, el espacio teórico Tengo una historia que contar, en su décimo aniversario, que la delegación de jubilados y colaboradores de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), en Granma, liderada por Ángela Valdés García, realiza el segundo jueves de cada mes, con el propósito de  rescatar la memoria histórica de la prensa, en la provincia de Granma.
El encuentro, dijo el fotorreportero Lino Valerino Cámbar tiene dimensiones especiales, primero, por desarrollarse dentro de las actividades de la jornada por el Día de la prensa cubana, que se celebra el 14 de Marzo como homenaje al periódico Patria, fundado por Martí en 1892, y, segundo, por estar dedicado a David Santiago Chacón Rivas, un redactor-reportero que escribió, pensó y diseñó su estrategia informativa en ese mismo salón y que perdió la vida en un accidente de tránsito cuando regresaba de un trabajo voluntario.
Es difícil borrar los recuerdos. A David, filólogo de academia y periodista de oficio revitalizaba su profesión con contenidos de calidad y lo caracterizó siempre la máxima de que la sociedad mejora si somos sensibles a la necesidad del otro.
Él conocía y era consciente lo mismo desde el Turquino que en compañía de dirigentes, para el periodismo de verdad no basta con entrevistar ni salir a caminar. Se requiere de investigar con diversidad de fuentes, producir sentido desde el contexto, contar historias y ofrecer criterios para pensar la realidad.
Así lo recuerdan sus colegas, familiares, amigos y Calle Siete.






miércoles, 9 de marzo de 2016

La visita a Cuba del Presidente Barack Obama






Calle Siete ha considerado como muy importante darte a conocer el editorial del periódico Granma: La visita a Cuba del Presidente Barack Obama. Aquí te la dejo, sé que hay muchas personas a la expectativa y que lo agradecerás.
El presidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, realizará una visita oficial a Cuba entre el 20 y el 22 de marzo próximos.             
Será la segunda ocasión que un mandatario estadounidense llega a nuestro archipiélago. Antes solo lo hizo Calvin Coolidge, quien desembarcó en La Ha­bana en enero de 1928. Arribó a bordo de un buque de guerra para asistir a la VI Conferencia Panamericana, que se efectuaba por aquellos días bajo los auspicios de un personaje local de infausta memoria, Gerardo Machado. Esta será la primera vez que un Presidente de los Estados Unidos viene a una Cuba dueña de su soberanía y con una Revolución en el poder, encabezada por su liderazgo histórico.          
Este hecho se inserta en el proceso iniciado el 17 de diciembre de 2014, cuando el presidente de los Consejos de Estado y de Mi­nis­tros de Cuba, General de Ejército Raúl Cas­tro Ruz y el presidente Barack Obama, anunciaron simultáneamente la decisión de restablecer las relaciones di­plomáticas, rotas por los Estados Unidos casi 54 años antes. Forma parte del complejo proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, que apenas se inicia y que ha avanzado sobre el único terreno posible y justo: el respeto, la igualdad, la reciprocidad y el reconocimiento de la legitimidad de nuestro gobierno.          
Se ha llegado a este momento como resultado de la heroica resistencia del pueblo cubano y su lealtad a los principios, la defensa de la independencia y la soberanía nacionales, en primerísimo lugar. Tales valores, no negociados en más de 50 años, condujeron al actual gobierno de los Estados Unidos a admitir los daños severos que el bloqueo ha causado a nuestra población y al reconocimiento del fracaso de la política de abierta hostilidad hacia la Revolución. Ni la fuerza, ni la coerción económica, ni el aislamiento lograron imponer a Cuba una condición contraria a sus aspiraciones forjadas en casi siglo y medio de heroicas luchas.            
 El actual proceso con los Estados Unidos ha sido posible también gracias a la inquebrantable solidaridad internacional, en particular, de los gobiernos y pueblos latinoamericanos y caribeños, que colocaron a los Es­ta­dos Unidos en una situación de aislamiento in­sos­tenible. “Como la plata en las raíces de Los Andes” —tal como expresara nuestro Hé­roe Nacional José Martí en su ensayo “Nues­tra América”—, América Latina y el Caribe, fuertemente unidos, reclamaron el cambio de la política hacia Cuba. Esta demanda regional se patentizó de manera inequívoca en las Cum­bres de las Américas de Puerto España, Trinidad y Tobago, en 2009, y de Car­tagena, Co­lombia, en 2012, cuando to­dos los países de la región exigieron unánime y categóricamente el levantamiento del bloqueo y la participación de nuestro país en la VII cita hemisférica de Panamá, en 2015, a la que por primera vez asistió una delegación cubana, encabezada por Raúl. Desde los anuncios de diciembre de 2014, Cuba y los Estados Unidos han da­do pasos hacia la mejoría del contexto bilateral.          
 El 20 de julio de 2015, quedaron oficialmente restablecidas las relaciones diplomáticas, con el compromiso de desarrollarlas sobre la base del respeto, la cooperación y la observancia de los principios del Derecho Internacional.           
Han tenido lugar dos encuentros entre los Presidentes de ambos países, además de intercambios de visitas de ministros y otros contactos de funcionarios de alto nivel. La cooperación en disímiles áreas de beneficio mutuo avanza y se abren espacios de discusión, que permiten un diálogo sobre temas de interés bilateral y multilateral, incluyendo aquellos en los que tenemos diferentes concepciones.          
El mandatario estadounidense será bienvenido por el Gobierno de Cuba y su pueblo con la hospitalidad que los distingue y será tratado con toda consideración y respeto, como Jefe de Estado.           
Esta será una oportunidad para que el Presidente de los Estados Unidos aprecie directamente una nación enfrascada en su desarrollo económico y social, y en el mejoramiento del bienestar de sus ciudadanos. Este pueblo disfruta derechos y puede exhibir logros que constituyen una quimera para muchos países del mundo, a pesar de las limitaciones que se derivan de su condición de país bloqueado y subdesarrollado, lo cual le ha merecido el reconocimiento y el respeto internacionales.              
Personalidades de talla mundial como el Papa Francisco y el Patriarca Kirill describieron a esta isla, en su declaración conjunta emitida en La Habana en febrero, como “un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo”. El presidente francés, François Hollande afirmó recientemente que “Cuba es respetada y escuchada en toda América Latina” y elogió su capacidad de resistencia ante las más difíciles pruebas. El líder sudafricano Nelson Man­dela tuvo siempre para Cuba palabras de profundo agradecimiento: “Noso­tros en África —dijo en Matanzas, el 26 de julio de 1991— estamos acostumbrados a ser víctimas de otros países que quieren desgajar nuestro territorio o subvertir nues­tra soberanía. En la historia de África no existe otro caso de un pueblo (como el cubano) que se haya alzado en defensa de uno de nosotros”.          
 Obama se encontrará con un país que contribuye activamente a la paz y la estabilidad regional y mundial, y que comparte con otros pueblos no lo que le sobra, sino los modestos recursos con que cuenta, haciendo de la solidaridad un elemento esencial de su razón de ser y del bienestar de la humanidad, como nos legara Martí, uno de los objetivos fundamentales de su política internacional.         
También tendrá la ocasión de conocer a un pueblo noble, amistoso y digno, con un alto sentido del patriotismo y la unidad nacional, que siempre ha luchado por un futuro mejor a pesar de las adversidades que ha tenido que enfrentar. El presidente de los Estados Unidos será recibido por un pueblo revolucionario, con una profunda cultura política, que es resultado de una larga tradición de lucha por su verdadera y definitiva independencia, primero contra el colonialismo español y después contra la dominación imperialista de los Estados Unidos; una lucha en la que sus mejores hijos han derramado su sangre y han asumido todos los riesgos. Un pueblo que nunca claudicará en la defensa de sus principios y de la vasta obra de su Re­volución, que sigue sin vacilación el ejemplo de Carlos Manuel de Céspedes, José Martí, Antonio Maceo, Julio Antonio Me­lla, Rubén Martínez Villena, An­tonio Guiteras y Ernesto Che Guevara, entre muchos otros. 
Este también es un pueblo al que lo unen lazos históricos, culturales y afectivos con el estadounidense, cuya figura paradigmática, el escritor Ernest He­ming­way, recibió el Nobel de Literatura por una novela ambientada en Cuba. Un pueblo que muestra gratitud hacia aquellos hijos de los Estados Uni­dos que, como Thomas Jordan[1], Hen­ry Ree­ve[2], Win­chester Osgood[3] y Fre­derick Funs­ton[4], combatieron junto al Ejército Libertador en nuestras guerras por la independencia de España; y a los que en época más reciente se opusieron a las agresiones contra Cuba, desafiaron el bloqueo, como el Reverendo Lucius Walker, para traer su ayuda solidaria a nuestro pueblo, y apoyaron el regreso a la Patria del niño Elián González y de nuestros Cinco Héroes. De Martí aprendimos a admirar a la patria de Lincoln y a repudiar a Cutting[5].       
 Vale recordar las palabras del Líder histórico de la Revolución Cubana, el Co­mandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 11 de septiembre de 2001, cuando afirmó:         
 “Hoy es un día de tragedia para Estados Unidos. Ustedes saben bien que aquí jamás se ha sembrado odio contra el pueblo norteamericano. Quizás, precisamente por su cultura y por su falta de complejos, al sentirse plenamente libre, con patria y sin amo, Cuba sea el país donde se trate con más respeto a los ciudadanos norteamericanos. Nunca hemos predicado ningún género de odios nacionales, ni cosas parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto —y ellos se percatan de eso— a cada ciudadano norteamericano que visita a nuestro país”.           
Este es el pueblo que recibirá al presidente Barack Obama, orgulloso de su historia, sus raíces, su cultura nacional y confiado en que un futuro mejor es posible. Una nación que asume con serenidad y determinación la eta­pa actual en las relaciones con los Estados Uni­dos, que reconoce las oportunidades y tam­bién los problemas no resueltos entre am­bos países.            
La visita del Presidente de los Estados Uni­dos será un paso importante en el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales. Hay que recordar que Obama, como lo hizo antes James Carter, se ha propuesto, desde el ejercicio de sus facultades presidenciales, trabajar para normalizar los vínculos con Cuba y, en consecuencia, ha realizado acciones concretas en esta dirección.      
 Sin embargo, para llegar a la normalización queda un largo y complejo camino por recorrer, que requerirá de la solución de asuntos claves que se han acumulado por más de cinco décadas y que profundizaron el carácter confrontacional de los vínculos entre los dos países. Tales problemas no se resolverán de la noche a la ma­ñana, ni con una visita presidencial.   
 Para normalizar las relaciones con los Estados Unidos será determinante que se levante el bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca privaciones al pueblo cubano y es el principal obstáculo para el desarrollo de la economía de nuestro país.       Debe reconocerse la posición reiterada del presidente Barack Obama de que el bloqueo tiene que ser eliminado y sus llamados al Congreso para que lo levante. Este es también un reclamo mayoritario y creciente de la opinión pública estadounidense, y casi unánime de la comunidad internacional, que en 24 ocasiones consecutivas ha aprobado en la Asam­blea General de las Naciones Unidas la resolución cubana “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero im­puesto por los Estados Unidos de América con­tra Cuba”.          
 El mandatario estadounidense ha adop­tado medidas para modificar la aplicación de algunos aspectos del bloqueo, que son positivas. Altos funcionarios de su gobierno han dicho que están en estudio otras. Sin embargo, no ha sido posible implementar una bue­na parte de las medidas, por su alcance limitado, por la persistencia de otras regulaciones y por los efectos intimidatorios del bloqueo en su conjunto, que ha sido aplicado duramente por más de cincuenta años.    
 Resulta paradójico que, por una parte, el gobierno tome medidas y que, por otra, arrecie las sanciones contra Cuba, que afectan la vida cotidiana de nuestro pueblo.   
La realidad sigue mostrando que el bloqueo se mantiene y se aplica con rigor y con un marcado alcance extraterritorial, lo cual tiene efectos disuasivos para las empresas y los bancos de los Estados Unidos y de otros países. Ejemplo de ello son las multas multimillonarias que se continúan imponiendo a compañías y entidades bancarias estadounidenses y de otras nacionalidades por relacionarse con Cuba; la denegación de servicios y el cierre de operaciones financieras de bancos internacionales con nuestro país; y la congelación de transferencias legítimas de fondos hacia y desde Cuba, incluso en monedas distintas al dólar estadounidense.
El pueblo de Cuba espera que la visita del mandatario estadounidense consolide su vo­luntad de involucrarse activamente en un de­bate a fondo con el Congreso para el levantamiento del bloqueo y que entretanto, continúe haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas para modificar tanto como sea posible su aplicación, sin necesidad de una acción legislativa.         
 Otros asuntos que son lesivos a la soberanía cubana también tendrán que ser resueltos para poder alcanzar relaciones normales en­tre los dos países. El territorio ocupado por la Base Naval de los Estados Unidos en Guan­tá­namo, en contra de la voluntad de nuestro go­bierno y pueblo, tiene que ser devuelto a Cu­ba, cumpliendo el deseo unánime de los cu­ba­nos desde hace más de cien años. De­ben ser eliminados los programas injerencistas di­rigidos a provocar situaciones de desestabilización y cambios en el or­den político, económico y social de nues­tro país. La política de “cambio de ré­gimen” tiene que ser definitivamente sepultada.          
Asimismo, debe abandonarse la pretensión de fabricar una oposición política interna, sufragada con dinero de los contribuyentes estadounidenses. Tendrá que ponérsele término a las agresiones radiales y televisivas contra Cuba en franca violación del Derecho Internacional y al uso ilegítimo de las telecomunicaciones con objetivos políticos, reconociendo que el fin no es ejercer una determinada influencia sobre la sociedad cubana, sino poner las tecnologías en función del desarrollo y el conocimiento.            
El trato migratorio preferencial que reciben nuestros ciudadanos, en virtud de la Ley de Ajuste Cubano y de la política de pies secos-pies mojados, causa pérdidas de vidas humanas y alienta la emigración ilegal y el tráfico de personas, además de generar problemas a terceros países. Esta situación debe ser modificada, como habría que cancelar el programa de “parole” para profesionales médicos cubanos, que priva al país de recursos humanos vitales para atender la salud de nuestro pueblo y afecta a los beneficiarios de la cooperación de Cuba con naciones que la necesitan. Asi­mismo, debe cambiarse la política que pone como condición a los atletas cubanos romper con su país para poder jugar en las Ligas de los Estados Unidos.          
Estas políticas del pasado son incongruentes con la nueva etapa que el gobierno de los Estados Unidos ha iniciado con nuestro país. Todas son anteriores al presidente Obama, pero él podría modificar algunas de ellas por decisión ejecutiva y otras eliminarlas totalmente.      
 Cuba se ha involucrado en la construcción de una nueva relación con los Estados Unidos en pleno ejercicio de su soberanía y comprometida con sus ideales de justicia social y solidaridad. Nadie puede pretender que para ello, tengamos que renunciar a uno solo de sus principios, ceder un ápice en su defensa, ni abandonar lo proclamado en la Cons­titución: “Las relaciones económicas, di­plomáticas con cualquier otro Estado no podrán jamás ser negociadas bajo agresión, amenaza o coerción de una potencia extranjera”.            
No se puede albergar tampoco la me­nor du­da respecto al apego irrestricto de Cuba a sus ideales revolucionarios y an­timperialistas, y a su política exterior com­prometida con las causas justas del mundo, la defensa de la autodeterminación de los pueblos y el tradicional apoyo a nuestros países hermanos.                 
Como expresó la última Declaración del Gobierno Revolucionario, es y será inamovible nuestra solidaridad con la República Bo­livariana de Venezuela, el gobierno encabezado por el presidente Nicolás Maduro y el pueblo bolivariano y chavista, que lucha por seguir su propio camino y enfrenta sistemáticos intentos de desestabilización y sanciones unilaterales establecidas por la Orden Eje­cu­tiva infundada e injusta de marzo de 2015 que fue condenada por América Latina y el Caribe. La notificación emitida el pasado 3 de marzo prorrogando la llamada “Emer­gencia Na­cio­nal” y las sanciones, es una intromisión directa e inaceptable en los asuntos internos de Venezuela y en su soberanía. Aquella Orden debe ser abolida y esto será un reclamo permanente y firme de Cuba.             
 Como señalara el General de Ejército Raúl Castro, “no renunciaremos a nuestros ideales de independencia y justicia social, ni claudicaremos en uno solo de nuestros principios, ni cederemos un milímetro en la defensa de la soberanía nacional. No nos dejaremos presionar en nuestros asuntos internos. Nos hemos ganado este derecho soberano con grandes sacrificios y al precio de los mayores riesgos”.            
Llegamos hasta aquí, reiteramos una vez más, por la defensa de nuestras convicciones y porque nos asiste la razón y la justicia.            
Cuba ratifica su voluntad de avanzar en las relaciones con los Estados Unidos, sobre la base de la observancia de los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y de los principios de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada por los Jefes de Estado y Gobierno de la región, que incluyen el respeto absoluto a su independencia y soberanía, el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural sin injerencias de ninguna forma; la igualdad y la reciprocidad.     Cuba reitera a su vez, plena disposición a mantener un diálogo respetuoso con el Go­bierno de los Estados Unidos y a desarrollar relaciones de convivencia civilizada. Convivir no significa tener que renunciar a las ideas en las cuales creemos y que nos han traído hasta aquí, a nuestro socialismo, a nuestra historia, a nuestra cultura.         
Las profundas diferencias de concepciones entre Cuba y los Estados Unidos sobre los modelos políticos, la democracia, el ejercicio de los derechos humanos, la justicia social, las relaciones internacionales, la paz y la estabilidad mundial, entre otros, persistirán.          
Cuba defiende la indivisibilidad, interdependencia y universalidad de los derechos hu­manos civiles, políticos, económicos, so­ciales y culturales. Estamos convencidos que es obligación de los gobiernos defender y ga­rantizar el derecho a la salud, la educación, la seguridad social, el salario igual por trabajo igual, el derecho de los niños, así como el derecho a la alimentación y al desarrollo. Re­cha­za­mos la manipulación política y el doble rasero sobre los derechos humanos, que deben ce­sar. Cuba, que se ha adherido a 44 instrumentos internacionales en esta materia, mientras que los Estados Unidos solo han suscrito 18, tiene mucho que opinar, que defender y que mostrar.     
 De lo que se trata en nuestros vínculos con los Estados Unidos, es que ambos países respeten sus diferencias y creen una relación ba­sada en el beneficio de ambos pueblos.     Independientemente de los avances que se puedan alcanzar en los vínculos con los Es­tados Unidos, el pueblo cubano seguirá adelante. Con nuestros propios esfuerzos y probada capacidad y creatividad, continuaremos trabajando por el de­sarrollo del país y el bienestar de los cubanos. No cejaremos en la de­manda por el levantamiento del bloqueo que tan­to daño nos ha hecho y hace. Per­sis­ti­re­mos en llevar adelante el proceso de AC­TUALIZACIÓN del modelo económico y so­cial que hemos elegido, y de construcción de un socialismo prós­pero y sostenible para consolidar los lo­gros de la Re­volución.   

Un camino soberanamente escogido y que seguramente será ratificado en el VII Congreso del Partido Co­mu­nis­ta, con Fidel y Raúl en la victoria.


Esta es la Cuba que dará respetuosa bienvenida al presidente Obama.     

Notas

[1] Mayor General, Jefe del Estado Mayor del Ejército Libertador (1869).
[2] General de Brigada. Cayó en combate en Yaguaramas (Cienfuegos), el 4 de agosto de 1876.
[3] Comandante. Cayó en combate en el sitio a Guáimaro, el 28 de octubre de 1896.
[4] Coronel artillero, a las órdenes de Calixto García.
[5] Personaje que en 1886 atizó el odio y la agresión contra México.